Autora: Marina Uceda
El sector del envase flexible está en constante auge y esto se debe, indiscutiblemente, a sus múltiples ventajas. Los sectores que lo utilizan, en especial, la industria alimentaria, son conscientes de su gran utilidad y los beneficios que aporta.
Y es que, contener y preservar un producto, facilitar su transporte, protegerlo, mostrarlo en lugar de ocultarlo… son los usos convierten a este tipo de embalaje en un ganador frente a otros.
Este tipo de envases está constituido por una o varias capas de papel pegado o de material plástico sellado. Se trata de un envase muy ligero, por lo que solo esta característica ya lo sitúa por delante de otros. Además de ello, puede ser hermético, lo que lo hace muy adecuado para su uso en la industria alimentaria. Es utilizado para alimentos que necesitan de un proceso de esterilización, para productos líquidos, snacks y para monodosis de varios tipos de productos.
La innovación en este sector está a la orden del día debido a que las ventajas actuales pueden aumentar exponencialmente con las mejoras de los productos. La evolución constante de la maquinaria que crea estos productos hace que la mejora sea imparable y hace constatar sus múltiples ventajas, tales como el menor coste de fabricación, reducción de los costes de logística y transporte, sostenibilidad y conservación de los alimentos.
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